Las grandes y pequeñas organizaciones han estado satisfaciendo la demanda de entornos híbridos de trabajo y aprendizaje, la entrega de bienes y la prestación de servicios por diversos canales. Además, han superado una oleada aparentemente constante de situaciones financieras inesperadas. Estas dificultades han resaltado la necesidad de una infraestructura ágil y una cultura que esté lista para enfrentar los cambios.